📍 A una semana de que todo cambió para siempre
Hoy se cumple una semana desde que empezó esta pesadilla. Una semana desde que llevé a mi hija Alison a la Clínica San Lucas para una cirugía de ligadura de trompas. Una decisión que tomó con amor, pensando en el futuro de su familia, buscando simplemente poder darles una vida más digna a sus hijos.
Lo que debía ser un procedimiento simple se transformó en el dolor más grande de nuestras vidas.
Hoy, siete días después, mi hija ya no tiene una pierna y está en emergencia nacional esperando un trasplante de corazón.
No encuentro respuestas. No sé cómo, no sé por qué. Solo sé que entramos con esperanza y hoy estamos luchando por su vida. Como madre, sigo de pie solo por ella.
En medio de tanto dolor, también necesito dar gracias.
Gracias a la Clínica Pasteur, que hizo todo lo posible para que mi hija llegara a Buenos Aires con vida.
Gracias a quienes hicieron posible que yo esté acá, acompañando a mi yerno Emiliano, a pesar de que la obra social Swiss Medical solo cubría sus gastos. Agradezco de corazón que hoy pueda estar donde tengo que estar: al lado de mi hija.
Porque ella no es solo mi hija. Es mi compañera, mi amiga, mi única hija mujer. Mi vida entera.
No me voy a mover de su lado. Me voy a quedar hasta que pueda abrazarla fuerte y llevarla de nuevo conmigo. Hasta que pueda decirle “ya pasó, hija… ya pasó”.
Quiero agradecer a cada persona que se puso en nuestro lugar:
A mis vecinos del barrio Unión de Mayo , por su amor inmenso.
A Gustavo Ancafil, que fue un sostén vital en este momento.
A los medios neuquinos, que acompañan y difunden cada parte médico con respeto y compromiso.
A mi familia Calfunao, y a la familia Ulloa, que está cuidando con amor a mis nietos mientras nosotros luchamos acá.
A todos, gracias por las oraciones, por los mensajes, por el apoyo silencioso o visible.
Gracias por no soltarnos.
Mi hija tiene unas ganas enormes de vivir. Es fuerte, valiente, y no se rinde. Cada minuto nos demuestra que está peleando. Y yo, su mamá, voy a seguir luchando con ella hasta el final.
No dejemos de creer. No dejemos de orar.
Porque si hay alguien que merece seguir viviendo, es Alison.
Con todo mi amor y esperanza,
Carina Calfunao (Mamá de Alison)