Durante una intensa semana en Buenos Aires, dos de los preparadores físicos del Club Unión de Zapala, Daniel Luciano Mardones y Carlos Báez, vivieron una experiencia de alto vuelo: una capacitación exclusiva en el predio de Villa Domínico del Club Atlético Independiente, uno de los gigantes del fútbol argentino. Lo que observaron, aprendieron y compartieron en Avellaneda será clave en la construcción del nuevo Unión para el segundo semestre.
Con acceso total al día a día del Rojo, los zapalinos participaron como observadores activos en los entrenamientos de las divisiones Primera, Reserva, Quinta, Sexta, Séptima y hasta una delegación internacional Sub 15 de Estados Unidos que se encontraba en el lugar. Una experiencia integral que permitió absorber de primera mano las metodologías de uno de los clubes con más historia y estructura del país.
“Nos abrieron todas las puertas. Desde los coordinadores hasta cada profe de las categorías, nos trataron como uno más del equipo”, contó Mardones, todavía con la emoción a flor de piel. “Lo que vimos en cancha fue de otro nivel: sesiones planificadas al milímetro, ejercicios con pelota, enfoques físicos modernos y un respeto absoluto por el desarrollo formativo.”
Desde el cuerpo técnico de Independiente, nombres de peso como Julio Vaccari, Hugo Tocalli y Diego Colotto se tomaron el tiempo para conversar, compartir su experiencia y dar espacio al intercambio de ideas. “No nos dejaron pintados ni un segundo. Cada charla fue una clase”, agregó Báez.
Ahora, con la valija cargada de apuntes, ideas y motivación, el foco está puesto en Zapala. Todo lo aprendido será implementado desde la base: categorías formativas, bloque mayor y plantel superior, con un solo objetivo claro para el club del centro neuquino: volver a ser, buscar el ascenso y sostener una identidad de trabajo profesional en todas las divisiones.
Este viaje a la cuna de los cinco grandes no fue un premio, fue una apuesta. Unión sabe que para crecer hay que mirar alto, capacitarse y no quedarse quieto. Lo que viene en el segundo semestre no es improvisado: es planificación, es convicción, es Unión.