Desde nuestro medio de prensa, en el mediodía zapalino de día sábado, visitamos la Capilla María Auxiliadora, ubicada en el alto de la ciudad, sobre Avda. 12 de Julio, para dialogar con mujeres referentes de la institución, Silvia, Andrea, Sol y Liliana, quienes desde hace años abrieron sus corazones, trabajando solidariamente, con el fin y la intención de ayudar, y contener de alguna manera, a jóvenes del sector, y a sus respectivas familias.
“Bueno, gracias, gracias por venir, por estar acá y dar difusión a a esta tarea que venimos haciendo desde el año 2020, en épocas de pandemia. No soy del grupo originario, el grupo principal empezó allá por agosto del 2020, en esta necesidad de un grupo misionero que venía trabajando con la gente de Los Hornos, de Mariano Moreno, Covunco”.
“El tema es que en pandemia no se podía circular, entonces se juntaron y dijeron: Algo tenemos que hacer, no nos podemos quedar de brazos cruzados. Y se les ocurrió esa tarea, que en ese momento era cocinar un almuerzo los días domingos, que la gente viniera a buscar su vianda de comida y se la llevara porque no nos podíamos juntar, después también se sumó la gente del Bosque Comunal, quienes también necesitaban”.
“Así que salieron con una camioneta a repartir alimentos al Bosque. yo me sumo al mes, al ver una publicación de Silvia”, comenzó expresando Andrea
“Después no nos dejaron circular los domingos, entonces, ¿cómo hacemos? , empezamos los sábados y de esto hará 2 años. En ese momento dijimos, no vamos hacer viandas, vamos a compartir el almuerzo con los chicos acá porque iniciamos con las catequesis. porque se sumaron muchísimos nenes”.
“Entonces empezamos con la catequesis… desayuno y catequesis, que ahí estaba Solcito, y entonces decidimos dar almuerzo en vez de repartir, porque ya no era tan necesario repartir alimentos”.
“Yo me sumé por una invitación al grupo misionero, que salían a misionar a Los Hornos. Después justo empezó la pandemia y ya no podíamos salir, y a una de las chicas que que estaba con nosotros en el grupo misionero se le ocurrió lo del comedor. Y a partir de ese momento, con aportes nuestros empezamos a cocinar, pero al toque se sumó un montón de gente que quería colaborar, así que bienvenidos y de esta manera seguimos”, afirmó Silvia.
Cabe mencionar que, la jornada de día sábado para el grupo de mujeres comienza a las 9 hs, se prepara el desayuno para los niños y jóvenes, luego el almuerzo, y se quedan hasta las 2 de la tarde, luego de terminar de limpiar.
Sol, la más joven del grupo, expresó que; “yo inicié como con Andrea, más o menos en la misma época, no cuando inició, pero sí unos meses después, así que estamos hace bastante tiempo también acá. A mí siempre me llamó mucho la atención estar con con niños, con adolescentes, siempre con ese propósito, digamos, como que siempre fui por ese lado y acá habían muchos niños, que ahora son todos ya adolescentes, tienen 16, 17 años, es decir, que se ha ido manteniendo el grupo”.
“Hay muchos, que son los que vinieron por primera vez al comedor, y siguen viniendo desde hace 5 años. Son los mismos niños que ahora son ya adolescentes. Y al principio, era solo entregarles el almuerzo, y como ellos venían cada vez más temprano y hacía frío, porque los recibíamos afuera por el tema de la pandemia, les empezamos a dar desayuno y cada vez venía más temprano y nos dimos cuenta que entre el desayuno y el almuerzo no hacían nada. Entonces, bueno, empezamos con actividades y después dijimos, como esto si bien es un servicio de caridad y todo, también es parte de la Iglesia Católica, estaría bueno dar catequesis. Así que hay muchos niños que se bautizaron, tomaron su primera comunión, y así fuimos como cambiando”, expresó Sol.
Así también, Liliana, la cocinera del grupo, indicó que: “yo también dos años que estoy participando, también vengo recorriendo esto de la fe hace muchos años, eh trabajando en distintas capillas y bueno, caí llegué al comedor de María Auxiliadora, que la verdad que me ha hecho sentirme cómoda, feliz por ayudar a la gente, más a los niños, sobre todas las cosas”.
“Estoy en la parte de la cocina, a donde cocino para ellos, así que bueno, siempre hay ayudas extras, hacemos distintos menús, así los chicos se van contentos. Yo fui invitada por mi hijo, que él venía, y me dice: -Mamá, ¿por qué estás encerrada acá? ¿Porqué no vas a dar una mano a un lugar?. ¿Y te parece si me van a recibir?, le digo yo. Sí.me contestó. así que entré ayudando, haciendo otras cosas dentro del comedor, como el tema de la ropa, mercadería, y después ya me instalé en la cocina, y ahí donde está ahora mi servicio para los demás”.